domingo, 4 de abril de 2010

Explico mí lamento.

Explico Mi Lamento.


Entre sofocos y confusiones indirectas… me veo sumergido.
Cuando se despertó en la mañana mi invitación inspiradora.

Mi alma. La correccional de mis suspiros, comenzó a llorar con sueños,
Y me dije: ¿Por qué lloras en la vida de una mañana tan hermosa?
Y ella me respondió en la serenata de un bolero sombrío,
Lo bello es dulce en la mañana, pero cuando el día transcurre, la noche acomoda a los gatos.
Y cuando comenzó este escenario trágico… pude tomar la cicuta de tu verdad… alma mía.
Grite “hiel y empalago de un sueño que no viene”, y me permití soñar lo que no vino.
Y con lamento, tome mi sueño y comencé a caminar al borde del cambio,
Hasta que dije desconsolado, moriré en cuatro años, y la poesía con él.

Lastarria y Mackenna, lloran en la alegoría de un cambio, sombrío y terrible,
Y tú me dices finalmente ¡es para mejor oh!, mejor para el que tiene, y mejor para el que sueña…
Y Volví a plegar mi sueño, y dije: sueño y sueños…
Y yo… sueño tan diferente, ante la alergia demagogica del mentiroso.


Por esto dije, el sueño que tengo, no es el cambio de él,
Sino el cambio del pensamiento, cambio de mente, cambio de cambios.
Me refiero hermanos míos al alma del poema, a la libertad del soñar.
A vivir en la plenitud, para soñar con un sueño verdadero, y así por fin esbozar una sonrisa.
La sonrisa del saber, del amar y del progresar.

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